Me siento enviada a un camino que a cada momento
arranca sin clemencia pedazos de mí
me adjudica muerte, separaciones, arrepentimiento
y sonrisa eterna en un ser que no debe reír
Herida sobre herida vendé presurosa
atada sin remedio a la fragilidad de la vida
al menos por un triunfo, dije que metería las manos al fuego
que antes del fin algún triunfo alcanzaría.
Corriendo estoy en la senda de los que caminan
sosteniendo mi existencia hasta el mero fin
encontraré cosas dulces que amargarán mi boca
entonces cosas amargas que me ayudarán a digerir
También miles de trampas y brazos de rescate
caras alegres cuyas bocas me herirán
situaciones irrepetibles que atesorare en mi memoria
junto a un lago de lágrimas en el que el amor se ahogará.
Simplemente un accidentado camino
una calle larga a la que todos llaman vida
una gran montaña cuya cúspide recuerda
que al bajar la cuesta todo se termina.
Simplemente… Vida…
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