Su cuerpo cristalino e inocente
sus manos que jamás hombre tocaron
su pelo, ay!, su pelo en ondas dulces
las caderas que sostiene entre las manos
en ese mar de rostros que la miran
agita con calibre de serpiente
aprovecha lo tenue de las luces
buscando quien lo desee y lo despierte…
Pero sus pies no han marcado esta tierra
sus caminos son aun escasos
sus piernas gotean miel
y ella lo sabe
tanto como reniega de tus años
pues quiere conocer la luz del día
en medio de la noche en unos brazos.
No busca otra cosa que el amor
una esperanza tierna
una indestructible unión
su mente núbil sueña
un mundo ideal a su alrededor
Fija en la forma en que quiere lograrlo
sin escuchar consejos de mentes maduras
le dará placer al que venga a buscarlo
rodeando con sus piernas sus cinturas.
Creerá cada promesa de cada par de labios
olvidara sus muñecas
para siempre
elevará las alas al espacio
y creerá en suspenderse eternamente
pero en cuanto los zánganos hallan sorbido
la dulce miel de sus piernas
caerá,
como caen las cerezas.