En esta noche plácida
vienen a sentarse conmigo
fragmentos oscuros de bellos recuerdos
olores y sabores por nosotros compartidos,
conversaciones y viajes de caracter sempiterno
pensamientos cuya firma consiste en un "no debimos"
y un adios que no quisimos
cuyo eco es eterno.
Ay adios, a qué viniste?
a recordarme las lagrimas que derramaba,
a verme latir sin proposito alguno,
a reirte porque no estoy acompañada?
a qué has venido?
viniste a esculpir tu maldito augurio,
a hacerme decir que al fin me has vencido?
Su objetivo ha logrado y aun no me da la espalda
el frio en mi cuerpo a tal grado me asusta
que lloro
pero mientras no salga fingiré que me gusta
arrastra su falda de negro desconcierto
agita sus cuerdas y su voz hace eco
el frio en mi cuerpo a tal grado me asusta
que lloro
entonces el adios me abraza
y me hace sentir que me gusta...
El adios que a todos asusta
descalza me encuentra y me presta su ayuda
me tiende la mano al mirarte a lo lejos
y me enseña que pasaría si destruyo la distancia
miro al futuro de esa forma, y no lo apruebo
al adios tiendo yo tambien mis brazos
y asi me quedo ...
No he dejado de mirarte de lejos
de solidificar la borrosa silueta de tu sonrisas
con el rompe cabezas en mi memoria.
Ahora no me muero por acercarme, de la distancia no me quejo
Porque el adios vino para evitar que mis recuerdos se conviertan en cenizas.
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