He naufragado en minutos de memoria, y si notas que no respiro es para no soplarla lejos de mí ¿Qué sería de la poesía con la que he dormido por años si a estas horas estuvieras dejando tu saliva sobre mi almohada; si mañana a las 7 tuviera que tener listo tu desayuno, tu zapatos, tu vida? Si contestaras 6 de 10 de mis llamadas, o estuvieras allí donde posan mis ojos. ¿No es mejor -para la inspiración- que seas un sueño, un fantasma? ¿Que seas agua, petróleo, koala? Que seas escaso; menos que esporádico, menos que pasajero, menos que temporal. Y digo más, en mis ilusiones más locas eres una cosa muy grande y muy hermosa que ya no vive y de la cual es necesario vetar todo dato de existencia. Cuanto duele cuando el amor se va, pero ¿Qué hay del amor que nunca ha llegado? Ahi acabas tú y empieza la literatura, como debe de ser.
Después de mil espejos he tenido que darme cuenta que no vale la pena lastimarme si no vas a ahogarte en el río de mi sangre, o gritar si no busco impedir tu sueño. Nada vale la pena si no estas para suplicarme que no la valga.
No voy a llorar, mejor escribo...o quizás sí lloraría cariñito mío, si me juraras que vas matarte al ver mi lágrima…